Después de vivir una experiencia como esta, lo única conclusión a la que he llegado es: FUE UN MILAGRO DE DIOS. El 18 de Diciembre de 2008 lleve a mi esposa al hospital para que fuera atendida pues tenia programada su cesárea ese día. Ya sabíamos de antemano que iba a ser niño y lo deseábamos con ansias pues es el primero, y quizás el ultimo. Mi esposa fue ingresada a la 1 de la tarde aproximadamente y el bebe nació a las 3:22. Mas tarde fui requerido por un medico pediatra para informarme como había salido todo. Lo que me dijo a mi y a mi cuñada que en ese momento iba conmigo me dejo helado: mi bebe había sufrido de hipoxia severa, esto es, falta de oxigeno al nacer y por lo cual pudo haber sufrido daños graves a su organismo. Según esto fueron varios minutos en los que le tuvieron que ofrecer resucitación ya que no respiraba. Mi esposa me decía que al momento de la cesárea no escucho el llanto del bebe y eso la intranquilizo y entro en desesperación. Un medico al ver esto le dijo a una de las enfermeras que la dejaran ver al bebe. Para esto ya habían pasado algunos minutos pero volvió a la calma después de verlo. Aun así, fue ingresado al área de cuidados intensivos para bebes ya que requirió de la ayuda de respiración artificial por todo un día y su ritmo cardiaco estaba por debajo de los 100. Me permitieron verlo y hasta tocarlo un poco. Estaba dormidito y al momento de escuchar mi voz movió su cabeza como diciendo: yo conozco esa voz. Su temperatura era la ideal para un bebe y yo sabia que estaba en buenas manos. Al salir de cuneros, en la sala de espera, mi cuñada me vio con otro semblante y al notificarle que había visto muy bien a mi niño nos dimos un abrazo muy fuerte como muestra de felicidad y felicitación a la vez. Allí mismo habían llegado dos amigos muy queridos quienes también me felicitaron.
Para el día 19 le había sido retirada la respiración pero estaba en una incubadora y su ritmo iba lentamente en ascenso. El día 20 nuestro bebe se encontraba estable aunque los pronósticos para su recuperación eran favorables pero su ritmo cardiaco no variaba mucho. Ese mismo día mi esposa fue dada de alta pero el no. Al llegar a casa, nos abrazamos y lloramos al ver su cunita vacía. Fue un momento en el que no había consuelo y yo, quien tenia que mantener la cordura y la tranquilidad, no pude evitarlo, era mas grande que mis propias fuerzas. No lo olvidaremos jamas pues sentimos un gran vacio en nuestro hogar y en nuestros corazones.
El día 21 su ritmo oscilaba entre los 107 y 117, algo que nos hacia sentir a mi esposa y a mi un poco mas tranquilos y optimistas. Después de hablar con pediatras quienes estaban a su cuidado y además, era el único niño que estuvo en ese lugar por espacio de 3 días, nos comentaban que mi hijo estaba muy bien y que iba respondiendo satisfactoriamente a su tratamiento. Desgraciadamente, después de la operación, mi esposa tenia muchas molestias como es común pero, además, fue víctima de una alergia en gran parte de su zona torácica y la pierna izquierda debido a la sustancia que se usa para desinfectar. La tuve que llevar a urgencias pues era fin de semana ya que le habían salido una gran cantidad de ampollas en su pierna y estábamos preocupados. Una doctora la vio y le receto corticoides por tres días. No mejoro mucho y se le cambio la marca del producto. El resultado: hoy aun le quedan huellas de lo que fue una grave alergia al producto astringente. En fin, el día 22 mi hijo estaba ya fuera de la incubadora, en un cunero y envuelto en su totalidad con una sabanita verde. Eso me dio alegría pues me indicaba que todo iba mejor. Ya no tenia tampoco el medidor de pulsaciones. Lo malo de todo es que mi esposa no podía verlo pues estaba en casa convaleciente aun de su cesárea y de su alergia. Ese día 22 mire a mi bebe a eso de las 5 de la tarde y lo vi mejor que nunca. Me fui feliz a casa.
Para la mañana siguiente, el 23 de Diciembre, mi esposa y yo nos preparábamos para ir a verlo a las 11 de la mañana, cual fue nuestra sorpresa que recibimos una llamada, era del hospital informándonos que nuestra bebe había sido dado de alta. En ese instante nos abrazamos y lloramos intensamente pero esta vez era de felicidad pues el evento tan deseado había llegado: tener a nuestro hijo en casa. Nos aprestamos a ir por el y que mas podíamos esperar, felicidad y alegría en casa gracias a ese bebe que deseamos tanto y que Dios y nuestro señor Jesucristo nos hizo el milagro de conservarlo y decidió que lo tuvieramos con nosotros.
Hasta el día de hoy, 9 de Enero de 2009, nuestro bebe esta mas sano que nunca, pesa 400 gramos mas de cuando nació, 3.800 kg, mide 56 cm siendo que al nacer midió 51 cm y quiero compartir nuestra alegría con todos y que lo conozcan aunque sea un poquito. Bendito bebe y gracias a Dios pasamos la mas hermosa de las Navidades y del año nuevo. Su nombre sera Jesús en agradecimiento a nuestro señor por habernos dado un MILAGRO DE VIDA.